
Es fundamental respetar la capacidad de carga de los sistemas acuáticos ante el cambio climático y la presión humana. Superarla conlleva pérdida de recursos, deterioro ecológico y desequilibrio en su funcionamiento. Para una gestión eficaz, se deben integrar factores físicos, químicos, legales y de gobernanza para desarrollar un balance hídrico actualizado y proponer medidas de adaptación.


